Disculpen mi falta de modestia, pero creo que no he podido elegir un tema mejor como estreno para la primera entrada 'de verdad'. Y es que las palabras de Jesús Caldera aún resuenan en mis oídos, sustituyendo para siempre cualquier cancioncilla que suelo tararear, que se me pega de un anuncio o que oigo en mi mp3 genérico (mis mil euros no dan para un iPod, aunque a lo mejor mi señora y yo podemos comprarnos uno a medias).
¿Cómo puede mirar realmente una persona a los ojos a otra y mentir?. Mentir de manera tan descarada que haría sonrojar a un muerto. No me malinterpreten; todos mentimos en mayor o menor medida. Es inherente al género humano. Se hace por patología, por complejo, por placer, por miedo o simplemente por supervivencia. Personalmente, creo que el caso de Caldera encuadra perfectamente en las dos últimas vertientes, y es que, cuando a un animal se le acorrala, ataca, por supuesto, de manera desordenada y poco inteligente, como las declaraciones que titulan esta entrada. Mentir, en efecto. Fácticamente es lo que ha hecho este señor.
No sé cuántos de ustedes, navegadores empedernidos, se han comprado un piso bajo un préstamo hipotecario de tres décadas, sólos o en pareja (Dios quiera, o más bien, Caldera quiera que en pareja) pero, haciendo números, de esos de calculadora, la cosa viene a quedar tal que así:
Una pareja mileurista ingresa 2000€ al mes. Cómo el trabajo en España en la mayoría de los sectores es bastante precario (por no decir una puta mierda) no hablamos de 14 pagas, sino de 12 prorrateadas. En mí caso, y como excepción, sí que recibo las 14, pero mi pareja no, así que hemos de deducir 2000€ a las cuentas anuales finales que aplica el señor Caldera, nos quedamos en 26mil € al año. Pero no adelantemos acontecimientos y hagamos las cuentas en la periodicidad mensual.
Esa misma pareja ha de destinar 1000€ fijos cada mes al pago de la hipoteca, con lo que a día 1, cuando la nómina aún no está ni impresa y los billetes calentitos en el cajero, el 50% de los ingresos se han, virtualmente, volatilizado.
Los seres humanos somos animales de costumbres extrañas, necesitamos comer para subsistir, y además utilizamos ropas para cubrirnos del frio, en un acto de vanidad evidente, ya que el resto de animales se enfrentan a las inclemencias del tiempo y a la jauría social con su propio pelaje. Es evidente que el gasto que realizamos en ropa no es estrictamente mensual, no así el de la comida. Una pareja como la mia, gasta al mes unos 300€ en alimentarse. No sé si últimamente se han pasado por el supermercado, pero los precios son más aterradores que cualquier película de Alfred Hitchcock, o cualquier libro de Stephen King. En efecto, a una familia de dos miembros se le pueden ir tranquilamente 50mil de las antiguas pesetas en comer durante un mes.
En la línea actual de los caprichos humanos, entra el factor comunicación, así como la tendencia a querer iluminar nuestras casas y que funcionen esos aparatos que se encargan de conservar nuestros alimentos, y lavar nuestras ropas. Por otro lado, ese bien preciado que es el gas (en mi caso) y que sirve para cocinar y calentar el agua (otro bien costeable) ha de ser abonado religiosamente mes a mes (o bimensualmente). Sin olvidar los sempiternos gastos de comunidad que se tienen cuando se vive en ídem. El número, que es al fin y al cabo lo que nos interesa: al mes se invertimos en estas cuestones la friolera de 165€ más. Sin olvidarnos del maravilloso transporte público que nos desplaza día a día por los interiores de Madrid y nos facilita el acceso tanto a nuestro trabajo como al resto de comodidades que ofrece la capital.
Por si se han perdido, repasamos los cálculos:
2000 - 1000 -300 -165 - 80 = 455
Cuatrocientos cincuenta y cinco euros. Eso es lo que a nosotros, pareja sin hijos, sin gato y sin intención de procrear extraemos en limpio del sudor de nuestra frente. Ahora bien, no hablemos de pareja, sino de individuo, que al fin y al es lo que nos identifica; como nosotros somos muy progres (y ustedes también deberían), tenemos cuentas separadas, unificando solamente los gastos, por lo que esos 455€ hay que dividirlos entre 2: 228€ (al alza, como cuando el euro entró en españa). A día 5 tenemos un excedente de 228€, que para los que todavía pensamos en pesetas se traduce en 37936. Y eso que ni siquiera tenemos coche.
Menos de 40mil pesetas, no sólo para afrontar nuestra vida, que de vez en cuando hay que salir a cenar, o al cine, o comprarse algún caprichillo (de este tema hablaremos otro día), sino para afrontar cualquier tipo de imprevisto. ¿Alguna vez se les ha cansado el frigorífico? ¿La lavadora ha dicho basta?. ¿Los zapatos se les han rajado por la suela de puro uso?. Los imprevistos nunca ocurren, hasta que ocurren. Afrontarlos económicamente es, en muchas ocasiones arriesgarse a quedarse sin dinero durante 25 días. Y ya se sabe que las desgracias nunca vienen solas. Como las soluciones a la economía que propone el gobierno. Que ustedes no pueden costearse una vivienda o no les llega a final de mes... busquense una pareja y compartan gastos. "Todo el mundo lo hace".
Un saludo.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola Joe Peters,
Sólo dos posts y ya sales en Google, no te quejarás. Por cierto, ya tienes un fan, porque cito tu post en mi blog sobre vivienda: ladrillos y adoquines.
Ánimo y a seguir.
Vaya, pues muchísimas gracias por el enlace y el apoyo. Realmente no esperaba que alguien llegase hasta aquí. Desde luego al menos no tan pronto.
Sinceramente, creo que estas desafortunadas palabras fueron las que propiciarion el nacimiento de este blog ya que nunca he sido amigo de este tipo de publicaciones. Es simplemente que el tema me ha parecido tan vergonzoso que no me he podido aguantar. Francamente lamentable.
De nuevo agradecerte el apoyo. Son este tipo de 'pequeñas cosas' las que animan a seguir a uno.
Un saludo.
Joe Peters.
Publicar un comentario